El agua es un bien escaso y más en un país como el nuestro, en el que cada vez llueve menos. Por eso en casa intentamos no malgastar en agua y energía cargando a tope lavadora y lavavajillas y siempre que se pueda en franjas horarias "valle". Así, conseguimos ser más eficientes y sostenibles en nuestra microeconomía familiar.
Además, hemos adecuado las cisternas del váter para que la descarga del agua sea mínima pero suficiente y así no despilfarrarla. Cuando lavo ropa a mano, tanto el agua con jabón como el agua con suavizante que utilizo la tiro al váter y con ello me evito una descarga. El váter queda super-limpio y con aroma a jabón y suavizante. Ahora espero que pronto ya no sea excepcional recuperar el agua de la bañera para vaciar el inodoro, un gran ejemplo de sostenibilidad.