Junto a la cocina, el baño es uno de los lugares más frecuentados en una casa. Además, al ser lugares húmedos es más fácil que aparezca cal y moho por la acumulación de bacterias.
Se recomienda limpiar a fondo el baño dos veces a la semana, pero no nos engañemos: a much@s de nosotr@s la semana se nos complica y acabamos haciéndolo tan solo una vez. ¡No pasa nada! Lo que sí podemos hacer cada día es prestar atención a algunas cositas, que si las convertimos en rutinas que cumplimos todos en casa, acabarán por mantener el baño limpio y fresco hasta la siguiente limpieza profunda:
1. Devuelve cada cosa a su sitio después de usarlo:
Es muy cómodo tener a mano todo lo que necesitamos para acicalarnos, pero no es necesario tenerlo todo fuera de lugar. Devuelve el secador o la pancha a su lugar tras secarte el pelo; el maquillaje a su neceser; el cepillo y dentífrico... No solo lo agradecerás visualmente, también se ensuciará menos el lavabo.
2. Limpia a medida que se ensucie algo:
No hace falta que limpies todo siempre, pero por ejemplo, si se cae jabón o dentífrico en el lavabo, pasa agua para que no se seque y deje mancha. Recoge y elimina los pelos que van quedando en el desagüe o pasa la escoba después de secarte el pelo... Son pequeñas cosas que suman. Además, solo colocando cestas ambientadoras en el WC, como Bref Poder Activo, mantendrás el baño limpio y fresco más tiempo, puesto que las bolas liberan producto con cada descarga de la cisterna.
3. Seca las baldosas y mampara después de ducharte:
No te llevará más de 20 segundos y evitarás que la humedad quede condensada, dando lugar a que las bacterias se acumulen y formen cal o moho.
4. Cambia la toalla de manos a menudo
Sobre todo si sois varios en casa, las toallas de mano deberían cambiarse cada día. La humedad acumulada, junto a los gérmenes de todas las manos, pueden ir pasando de unos a otros. Así que, ya sabes: al final del día, echa la toalla al cesto de la ropa sucia.