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No podemos mirar hacia otro lado: la contaminación por residuos de plástico es uno de los grandes problemas medioambientales de nuestro tiempo. Si queremos que el planeta siga siendo habitable para las próximas generaciones, todos tenemos que poner de nuestra parte. Es cierto que los envases de plástico son muy útiles: protegen los productos, los mantienen frescos durante más tiempo y ofrecen información esencial sobre seguridad y modo de uso.
Vivir sin plástico por completo no es algo que podamos conseguir de un día para otro (¡al menos no todavía!). Pero sí podemos repensar cómo usamos los envases y consumir de forma más consciente.
¿Te interesa el tema y te preguntas por qué es importante reducir el uso del plástico? Aquí tienes algunos consejos prácticos sobre cómo reducir el consumo de plástico en tu día a día y avanzar hacia una rutina más sostenible.
Cuanto más conscientes somos del impacto que tienen los residuos plásticos, más preguntas nos hacemos sobre qué podemos hacer para reducir el uso del plástico en nuestro día a día. ¿El plástico es siempre malo? ¿Existen materiales más sostenibles?
Lo cierto es que no todos los plásticos se fabrican igual. Algunos contaminan mucho, pero también hay soluciones innovadoras que resultan más respetuosas con el medio ambiente. Aun así, lo más eficaz sigue siendo lo más sencillo: reducir el consumo de plástico desde el principio.
Cuando vayas a hacer la compra, elige frutas y verduras a granel en lugar de las que vienen ya empaquetadas. Puedes llevar tus propias bolsas de tela o redes reutilizables para transportarlas y así evitar el uso de bolsas de plástico. Y si tú y tu familia usáis botellas reutilizables para el agua, mejor todavía: se rellenan una y otra vez y os olvidáis de las botellas de plástico de un solo uso.
Aunque el film transparente o el celofán suelen ir al contenedor amarillo, su reciclaje no es tan sencillo. Por eso, lo mejor es evitarlos cuando sea posible. Por ejemplo, elige productos sin envoltorios innecesarios y guarda los alimentos en casa en tarros de cristal, envases reutilizables o con tapas de silicona. También puedes probar los envoltorios de cera de abeja. Pequeños cambios como estos ayudan a reducir el uso de plástico.
A la hora de comprar, elige productos con menos envoltorio o que estén en envases más sostenibles. Algunos detergentes, por ejemplo, vienen ya en envases de cartón o de plástico reciclado. Incluso existen versiones recargables que generan menos residuos. Busca marcas como Persil o Pritt, que apuestan por acciones para reducir el uso de plástico con envases más compactos y eficientes.
¿Sabías que cada día se utilizan y se tiran más de 100 millones de botellas de plástico? Muchas de ellas no son biodegradables. Así que, si tienes la opción, elige siempre envases de papel o cartón en lugar de plástico. Ya puedes encontrar yogures en tarros de cristal, congelados en envases de cartón e incluso productos de higiene en formato sólido, como el jabón de manos de La Toja.
Durante mucho tiempo se decía que los envases compuestos (esos que combinan diferentes materiales imposibles de separar, como las bolsas de patatas metalizadas) no se podían reciclar. Pero los sistemas de reciclaje han avanzado mucho, y ahora muchas de estas combinaciones de materiales ya se procesan correctamente.
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