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Si el interior del frigorífico huele mal, puede deberse a varias razones. La leche derramada, los alimentos en mal estado o la suciedad acumulada en las juntas de goma pueden ser responsables de esos olores desagradables. Te dejamos algunos consejos para solucionarlo.
En tu rutina de limpieza de la cocina, es recomendable limpiar con frecuencia el interior del frigorífico. No te olvides de las juntas de goma: en sus ranuras puede acumularse humedad, lo que favorece la aparición de moho. Lo ideal es limpiarlas una vez al mes con un cepillo suave o una esponja blanda y un producto de limpieza, como un limpiador multiusos. También descongelar con regularidad puede ayudar a prevenir malos olores.
Sin embargo, no siempre la causa del mal olor es la falta de higiene. A menudo, son los propios alimentos los que generan olores desagradables en el frigorífico. Para evitarlo, es útil guardar todos los productos en envases herméticos y evitar, en la medida de lo posible, los embalajes de cartón o papel. Por eso, lo mejor es transferir los alimentos envasados en cartón a recipientes más adecuados. Pero ¿qué puedes hacer si, a pesar de todas estas precauciones, el frigorífico sigue oliendo mal?
Un cuenco pequeño con bicarbonato de socio o levadura en polvo (tipo Royal) ayuda a neutralizar los malos olores del frigorífico. Debes cambiar el polvo aproximadamente una vez al mes.
Coloca un cuenco o platito con unas cucharadas de café molido dentro del frigorífico. No solo dejará un aroma agradable, sino que también absorberá los malos olores. Es recomendable cambiar el café cada dos o tres días, ya que después pierde su efecto.
El vinagre es un aliado muy eficaz, ya que neutraliza los malos olores y además tiene propiedades antibacterianas. Eso sí, su olor fuerte puede resultar molesto para algunas personas. Lo mejor es probar: si el olor a vinagre te incomoda, puedes optar por otro método con un aroma más suave.
Dos mitades de limón, unas cáscaras o un vasito con zumo de limón: cualquiera de estas opciones sirve para eliminar los malos olores de la nevera. Después de cuatro o cinco días, deberías reemplazarlas por un limón o zumo fresco.
Si no tienes limón a mano, también puedes usar una manzana o una patata. Coloca media manzana en el frigorífico o corta una patata en rodajas antes de ponerla. Eso sí, presta atención a cuándo dejan de hacer efecto: lo notarás en cuanto vuelvan los olores desagradables.
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